martes, 6 de julio de 2010

Sobre chimpances y Bonobos

¡Saludos planetarios! Me llamo Ares, y estoy haciendole la suplencia a mi querida Martina. Sin mas que añadir les dejo mi primera entrada.

Recientemente ha salido publicado en diversos medios impresos, artículos sobre los resultados de un estudio relacionado con la respuesta hormonal de las dos especies más cercanas a la humana, chimpancés y Bonobos, frente a situaciones de competencia. El equipo estuvo compuesto en su mayoría por investigadores de la Universidad de Harvard , y tomaron como punto de partida el hecho de que las diferencias en comportamiento competitivo entre individuos y especies esta correlacionada con diferencias en sus respuestas fisiológicas. En concreto, los investigadores plantean que, en una situación en la que se comparte el alimento, un individuo que anticipa que el macho dominante desea incrementar su ingesta a costa suya experimenta una caída de esteroides y un salto en los niveles de una hormona que estará relacionado a su conducta posterior. Nota al margen: Esta es una situación competitiva típica, que fue señalada por los padres fundadores de la ciencia económica como parte de la esencia del problema económico, pero que luego fue dejada de lado en la corriente neoclásica. Solo los marxistas y otros heterodoxos consideran que los conflictos distributivos constituyen un componente esencial de los procesos económicos. En el caso de los chimpancés, el salto ocurre en los niveles de testosterona, hormona asociada a conductas agresivas , mientras que en los Bonobos el incremento ocurre en los niveles de cortisol, hormona asociada al stress. Es de destacar que en otro estudio, un par de Especialistas en Neurociencia de la Universidad del Estado de Michigan, propone que la testosterona podría estar asociada a la desconfianza en los demás, en contraposición a la oxitocina.




Esto sugiere, de acuerdo a la mencionada investigación, que durante la evolución humana podrían haberse desarrollado patrones de conducta diversos en respuesta a situaciones competitivas de acuerdo con la respuesta hormonal de los individuos. En la película “2001 Odisea en el Espacio”, Kubric nos presenta como puede haber sido el momento en que pasamos de tener una conducta exclusiva de Bonobo y a adoptamos conductas de chimpancé: el momento en el que se descubre cómo hacer armas.



El garrote siempre ha sido un objeto asociado a la agresión, desde Trucutrú hasta Polichinela, y se ha adoptado su uso en una variedad de deportes. Parece ser que tomar un palo largo y grueso hace sentir bien a algunos, quizás para consolarse de alguna carencia en su dotación natural. Incluso llego a ser una metafora de la política exterior de los Estados Unidos de America, gracias al Presidente "Teddy" Roosevelt.



El filósofo Hegel parece sugerir que, si consideramos que los amos son más del tipo chimpancé y los esclavos del tipo Bonobo, la acumulación del stress tendría que producir un cambio en los esclavos que se transformarían dialécticamente en su opuesto (o sea, en chimpancés) y harían una revolución. Evidentemente, este modelo fue adoptado tanto por Marx como por los productores de “el planeta de los simios”. En ese sentido, para controlar el stress acumulado por tantas humillaciones y genuflexiones, algunas empresas japonesas se dieron a la tarea de permitir que sus empleados golpeen a un muñeco con la cara de sus jefes con un bate de beisbol para así poder mantener el control.


Estas metamorfosis de bonobo a chimpancé me recuerdan una historia: un hombre llega a su casa y, al quitar la sabana de su cama, encuentra a su esposa y a otro hombre desnudos. “¡Que es lo que están haciendo miserables!” bramó el agraviado, al tiempo que sacaba un bate de beisbol del armario. La mujer sin perder la calma le dijo: “¿Recuerdas que te dije que me gané la lotería, y que gracias a eso pudimos comprar la casa, el auto y viajar por Europa? Era mentira, él es quien me ha regalado todo ese dinero y nos ha permitido tener esta calidad de vida. El marido se acercó a la cama y respondió: “déjeme arroparlo, ¡no sea que le dé un resfriado!” En este caso, el otrora chimpancé decidió compartir la comida.

La competencia y las jerarquías sociales imponen un potencial de stress elevado, y tenemos dos modelos biológicos ante nosotros. El modelo Bonobo parece ser muy pasivo, y no es de extrañar que sus comunidades sean dominadas por las hembras. En cambio las comunidades de chimpancés están controladas por los machos. Entonces “macho que se respete” debe adoptar el modelo del chimpancé, tal como ciertas bandas de fanáticos del futbol ¿o no? Un aspirante al título mundial de ajedrez, Nigel Short, recibió inyecciones de testosterona para poder tener una mayor agresividad en su encuentro con Garry Kasparov, aunque parece que la dotación natural del campeón fue superior.


Los chimpancés suelen andar patrullando, cual bandas de cabezas rapadas, y cada vez que se tropiezan con individuos de otras comunidades los matan; mientras que los bonobos son capaces se mostrar altruismo, compasión y generosidad. ¿Cómo es esto posible, si poseen teóricamente tanto stress? La clave está en que los altos niveles de oxitocina, llamada también la “molecula del amor”, parece influir su conducta social de tal manera que se podría decir que en una comunidad de bonobos se hace el amor al estilo “todos contra todos”, así que el stress es pasajero gracias a la “magia del amor”. Pero como dice mi madre “ni tan calvo ni con dos pelucas”, y es que en las comunidades de Bonobos “todos contra todos” se toma al pie de la letra, e involucra a machos y hembras por igual. Creo que ni griegos ni romanos, y ni siquiera los hippies, llegaron a este extremo de “amor al prójimo”.



De todas formas, aun cuando la mayoría de nosotros llevamos nuestro Bonobo por dentro (me refiero a que preferimos, como propuso Socrates, que se nos cause un mal antes que hacer daño a los demás, ¡y no al comportamiento sexual!), el modelo chimpancé esta para quedarse con nosotros por un tiempito más, quizás hasta nuestra extinción. Un ejemplo de ello fue el caso de Macao Tiao, el chimpancé del zoológico de Rio de Janeiro, que tenía la costumbre de arrojar excremento a los visitantes; un periódico satírico lo promocionó como candidato a la alcaldía de la ciudad en 1988 y obtuvo casi el 10% de los votos. Creo que los que votaron por el simio sabían que los candidatos humanos echarían un montón de excrementos mucho mayor sobre la ciudad.

3 comentarios:

Escorpiuser dijo...

Muy interesante este artículo. Ahora no tengo tiempo de leerlo entero, pero volveré sobre él para terminarlo.

SATURNINO dijo...

Vaya!! ha llegado el sustituto y qué nivelazo!!!

Anda, mira a ver si entre bononos y chimpacés se da esta situación: ¿y si las hembras tomaran el bate de beisbol entre sus manos y siempre lo tuvieran ellas?
Me da a mí que pasaríamos todos a un continuo estado de felicidad. Social y personal, por cierto.

Julio dijo...

Hola Jose Luis! Ante todo, enhorabuena por el desempeño de la seleccion española en el mundial!!

Gracias por tu amable comentario, y estoy de acuerdo con eso de que las chicas manejen el bate...jejeje...por cierto que vamos a reabrir nuestra cuenta de facebook para que puedas ver las fotos de la niña que ya viene para el proximo viernes!