CONCHA!!!!!!

Ya saben ustedes las miles de anecdotas que sufren los españoles en hispanoamérica y viceversa a costa de los diversos significados de las palabras.
Pues hoy es el día que todos los sentidos vienen a cuento: CONCHA!! o COÑO CON LA CONCHA!!

Salamanca cuenta entre sus monumentos más significativos con la afamada casa de las Conchas.



Un caserón señorial de los años 1500, una joya de Renacimiento, con más de 300 conchas en su fachada y no menos historias y leyendas en sus muros. La casa la hizo construir Rodrigo Maldonado. No se sabe si las conchas se deben a su pertenencia a la Orden de Santiago (las conchas son vieras, como el signo de Santiago de Compostela) o por el amor a su mujer, de los Pimentel (con la vieira en el escudo de armas). Quien si se sabe que perdió la cabeza a ciencia cierta fue su descendiente, Pedro Maldonado, que perdió la susodicha al ser decapitado en Villalar, tras levantarse con los Comuneros contra el rey Carlos I. Puestos a cortar no sólo fue la cabeza de Pedro, sino también una de las torres de la Casa de las Conchas. Era por costumbre desmochar las torres de las casas de los señores enemigos y es que a falta de grandes coches, como simbolo fálico, tenían las grandes torres (esto último no es de la leyenda, me lo he inventado yo, pero habrá que estudiarlo, que como hipótesis no está mal).
La casa entera, y no solo la torre, estuvo en un tris de ser derribada. Así lo querían los Jesuitas, que acababan de terminar la iglesia de la Clerecía, una enorme iglesia, que más parece una Catedral y que bien se merecía una bella y amplia plaza en su entrada (justo la que no permite la Casa); pero los celos del obispado y del Papa se lo negaron... a ver si estos Jesuitas van a hacer sombra a la Catedral, por dios!
Luego fue cárcel de estudiantes (y eso que ahora lo de golpear con la varita nos parece una atrocidad del pasado).
El siglo pasado se le alquiló al Ayuntamiento durante 99 años (aún restan muchos) por una peseta al año. Después pasó al Estado ese alquiler. La familia dueña de la Casa se la entregó a la Junta de Andalucía como pago de unos impuestillos pendientes... bueno, que de milagro, pero ahora es una hermosa biblioteca.
Dice otra leyenda que debajo de una concha hay escondido un tesoro o al menos un doblón de oro.


Punto y aparte.
Este par de semanas último hay en Salamanca un festival de arte moderno. Un montón de actuaciones algunas bellisimas, otras bien divertidas, otras absurdas, casi todas controvertidas.
Muchas actuaciones tienen que ver con el color rosa.
Una de esas actuaciones y bien polémicas, fue poner una corbata rosa en cada una de las conchas.
Os podéis suponer la de dires y diretes que puede haber levantado la ocurrencia.





Aquí el único que no ha opinado es el bueno de Francisco Salinas, que se ha quedado de bronce, pero que no deja de mirar de soslayo hacia la casa.

A él (maravilloso músico y ciego, a lo Stevie Wonder) le dedicó Fray Luis de León eso de

El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.

Aunque me da a mí que por estos lares, no serena el aire ni las manos del Salinas.



La última de la Casa. Es que apareció el otro día con una concha menos: el deterioro del tiempo, vibraciones al colocar las corbatas, gamberro quitando la corbata, gamberro quitando directamente la concha de recuerdo, el comienzo de la búsqueda del tesoro????



Ya digo..... CONCHA!!! CON LA CONCHA


Feliz sábado, sabadete (hoy no me he desorbitado).... se me comporten.
Saturnino.