Personas Peculiares ( P.P. )

P.P.

Buenas a todos everybody dancing in the night !!! Vaya una manera de empezar hoy, pero como soy el escritor, y mi personalidad tiene por fuerza que verse implicada en los escritos, asi me ha apetecido comenzar hoy y yastá.

Tal y como mis fieles seguidores desde no hace tanto tiempo sabeis ( es coña ), mi presentación incluía un pequeño secreto, que hoy comienza a revelarse. El secreto son las misteriosas siglas P.P. Por si alguno/a se incorpora ahora o si necesitais una pista para refrescar mente y alma, deciros que poco o nada tiene que ver con cierto partido político, sino mas bién y ahí va el meollo del tema, con la increible cantidad de cosas cotidianas cuyas siglas serían precisamente P.P. Planeta Pol es una de ellas, Puta Policía ( no estoy del todo a favor de la expresión, pero conste que solo es un ejemplo ) sería otra y, en el caso de hoy, emplearemos las dichosas siglas para...

PERSONAS PECULIARES.

Persona Peculiar: Dícese de la persona de la que, que por uno o varios motivos, y sin que tengas razón aparente para hacerlo, procuras saber de ella a lo largo de la vida, verla cada cierto tiempo ( dias/meses/años/décadas ) y por norma general, sientes una extraña mezcla de empatía y tristeza cuando abandona nuestras vidas por la razón que sea, especialmente si es la razón definitiva...

Todos conocemos a una o varias personas que podrían estar en esa categoría. Si vives en un pueblo o ciudad no muy grande, hay decenas de personas que ves a veces a lo largo de la vida, en todo tipo de situaciones, el frutero de la esquina, el chico que trabajó con la empresa de delante de casa, el repartidor del correo, personas que podríamos conocer a fondo pero nunca se presentó la ocasión o no la deseamos lo suficiente, el caso es que años después ya no es el frutero por que cerró la frutería y se casó con la rubia que paseaba el odioso chucho grisáceo y que molestaba a todos los viandantes a su paso ( ¿que será del chucho ? ). El chico se hizo mayor y se fué del pueblo pero volvió con una chavaluca de fuera y se les ve bién, aunque solo los hemos visto apenas diez segundos, mientras paseaban por la plaza mayor. En cuanto al repartidor, bueno, sigue repartiendo, pero me sigue pareciendo un tipo singular. Incluso sospechoso.

Vidas anónimas aparte, os contaré un caso real. Hace años, cuando me mudé al lugar donde he vivido el último cuarto de siglo, conocí a uno de esos tipos, pero con la singularidad de que era un vagabundo. No estoy seguro de que sea la definición mas correcta, pero mendigo no era y ermitaño tampoco, aunque podría ser una mezcla de todo ello. Se llamaba Molina. Al menos, ese era el nombre con el que siempre todo el mundo le conocía. Murió hace dos, quizás tres años. El tiempo vuela que da gusto. Le llamaban Molina, por su afición a cantar las canciones del gran Antonio, con las que deleitaba en ocasiones y cuando tenía un buén día, a todo aquel dispuesto a escucharle. Siempre iba con su bicicleta, de estas del estilo de los abuelos, chatarra oxidada cuya finalidad era vital, transportar a su propietario y a sus escasas pertenencias ( cartones, periódicos, esporádicamente un brick de vino y/o botella del mismo licor... ).

Molina estuvo en mi vida durante dos décadas. Lo ví borracho, lo vi agradable, lo ví típico, como si fuera parte viva de la ciudad misma, y quizás, muy posiblemente, lo era. Paseaba con su bicicleta arriba y abajo. A veces, uno o dos perrucos le acompañaban. Nunca supe a ciencia cierta cual era la historia vital de Molina. Las leyendas urbanas hablaban de un joven ambicioso que marcho a Alemania ha hacer fortuna con la compra-venta, allá por los 60-70. Regresó con dinero y... el rastro se pierde en diferentes historias, cada cual mas variopinta. Nunca le conocí así. Mucha gente tampoco. Sin embargo, era dificil que a alguien le callese mal. No recuerdo haber oido nada malo acerca de el. Ni robos, peleas, putas, drogas, familia cabrona, nada de nada. En parte, no he querido saber más. Podría destrozar el misterio. Quizás no hay mucho más.

De lo último que recuerdo de Molina vivo, me aconteció en un lugar insospechado. Plantaba chopos una fría mañana de invierno, hará unos cinco años, cuando se me acercaron, procedentes de una especie de tienda hecha de palos y maderos, los amigos cánidos de Molina. Observé que este se encontraba durmiendo bajo una manta sucia en el interior, y no supe que hacer. Eran las ocho de la mañana y el sol luchaba por salir y calentar los chopos preparados para ser plantados ese día, que se encontraban con esa gruesa capa de escarcha helada, que solo un leonés puede entender. Debía haber caido la temperatura por debajo de los ocho o nueve bajo cero en plena noche, y ahora apenas llegaría a los cinco bajo cero. Una hora después, Molina se levantó, se acercó a hablar con las cuatro personas que estábamos plantando, cogió su bicicleta, sus dos perros y se marchó. Si bién no es la última, es de las últimas veces que lo vi vivo.

Cuando murió, algo en mi ciudad, en muchos de sus ciudadanos y en mí, también murió. Hoy en día, se celebra un homenaje anual a Molina, que si bién no es un acto excesivamente serio, no deja de ser un acto popular, y es muy posible que sea mejor así. Molina fué el pueblo. Molina es un Personaje Peculiar. Es mi Personaje Peculiar de hoy. Supongo que existen muchos Molinas por el mundo adelante. Hacerme un pequeño favor. La próxima vez que veais que veais a vuestro/a Molina, sonreidle/a. Es de las mejores cosas que podrás hacer. Quizás el o ella te recuerde por esa sonrisa. O tu la o le recordarás por la sonrisa que te devolvío. Quizás solo sea el inicio de algo distinto. Adoro vivir, por la increible cantidad de cosas que podemos llegar a hacer solo con proponernoslo. Nos vemos el lunes, y por favor, sonreir. ; )


BESOS Y ABRAZOS. PLANETA POL.