martes, 12 de octubre de 2010

ESTABLECIENDO CORRESPONDENCIAS

Hola queridos lectores, ante todo dejo aquí un gran saludo para Saturnino y para el resto de mis compañeros virtuales (más no imaginarios); así como también, un mensaje de pleno agradecimiento a mi esposo que estuvo ocupando mi espacio algunas semanas para que no se sintiera el vacío circunstancial que yo dejaba. Me alegra mucho estar de vuelta a este gracioso y a veces controvertido blog. Estos últimos meses han sido para mí motivo de dicha. Lo cierto es que he estado muy concentrada en la hermosa tarea de ser mamá de una niña que llegó sin avisar, en una noche oscura y tormentosa. Esa carricita me quita el sueño y coloca una luna nueva en mis labios.

Hoy quiero compartir con ustedes un hecho que me asombra y me emociona a la vez: dos de los pajaritos que cantan en mi ventana (aquellos de los que les hablé en “Alas y canto”), y que se alimentan libremente con mi alpiste, han hecho nido en un pequeño pino que compré el año pasado para traer aroma de navidad a mi refugio. Lo cierto es que hace unas tres semanas noté algunas ramitas y algo de musgo seco enredados entre sus ramas. Lo detallé y con sorpresa intuí lo que era, pero solo pude constatarlo cuando observé a la parejita en acción.


Los espié día a día: ambos se movían en un vaivén peliagudo y continuo, desde el nido hacia el éter y de regreso, seleccionando los materiales en forma precisa y tejiéndolos con maestría para darle una forma oval perfecta, dejando además, una abertura ajustada a la medida de sus cuerpos, necesaria, para la realización de sus actividades paternales. Al terminarlo, comenzaron a introducir plumitas (debo confesar que mostraron preferencia por las blancas y pequeñas), imagino que con el fin de construir una camita acojinada y tibia para los huevitos.





Ya están allí. Son blancos y salpicados de negro, diminutos. Al igual que ellos, espero con paciencia su ruptura. Mis alados amiguitos y yo ahora compartimos algo más que la comida que les dejo a cambio de sus agudos trinos matutinos. La esperanza de preservación de su especie.


Les dejo un abrazo maternal.

MARTINA

4 comentarios:

Julio dijo...

Yo tambien estoy a la espera de que los pajarillos nazcan! jejeje

SATURNINO dijo...

Uauuuuuuuuuu!!!
Ya acabaste con la dedicación exclusiva.
¡¡Bienregresada!!
Por cierto, aún bajo los influjos de la maternidad en tu entrada de regreso.

Ahhhh, por cierto eso no es un pino.

Martina dijo...

Gracias José por la bienvenida. Cuentame, que arbolillo es ese, yo de plantas...solo sé cuidarlas!

SATURNINO dijo...

ay maja!! desde una tuya, a un ciprés o a una sabina... pero encima si me metes entre medias plantas tropicales!!!! pero un pino, no es: fijo