Ayer vinimos la familia a pasar el fin de año a Roma.
Viaje en coche hasta el aeropuerto de Barajas, coger el avioncito y voila... en dos horitas ya estamos en el de Fiumicino.
Al llegar comimos algo (pizza, cómo no) y nos pusimos a preguntar y echar cuentas del método más barato para llegar los cuatro hasta el destino final (la casa de la suegra, que vive en Roma).
Un taxi la bajada de bandera son 40 y bastantes euros. Al entrar en Roma, Roma empiezan a sumar según el destino. A mayores está el riesgo que como son de fuera se dediquen a dar vueltas y vueltas hasta llegar al destino con tal de que el taxímetro siga corriendo.
Lo que solemos hacer es coger el tren hasta la estación de trenes de Términi y desde ahí coger el metro. Ya no recuerdo otras veces, pero el precio del tren está por las nubes, se ha puesto a 14 euros. Por 4, 48 eurazos.
Así que nos pusimos a preguntar a unos señores que pupulan a montones por el aeropuerto. Son servicios de coches y monovolúmenes con los que entras en tira y afloja para llegar a un acuerdo (la verdad es que no se darán cuenta, pero tienen una pintilla de mafiosos que echan pa' atras).
Primero nos proponen en una especie de limousin (la palabra tonta es suya) por no sé cuanto (ni me fije en el precio) al irnos por 69 euros los cuatro. Con otro precios parecidos. Con otro sesenta, nos dejan en puerta de casa. Al irnos... bueno, un momento, cuántos somos... 50 si no nos importa compartir con otros. ¡Echo!
Cuando vamos al monovolumen tuvimos la suerte que ya estaban esperando una pareja. El estadounidense y ella italiana.
Y solo llegar saltó la tonta. Que ella se negaba a subir al coche esas condiciones. Esas condiciones eramos nosotros, claro está.
El estadounidense, que qué se le va a hacer que es la señora que no quiere así... bla bla bla. Al final un gesto de qué se le va a hacer a la desesperada y con la benia de su señoría todos para adentro.
El caminito prácticamente en silencio.
Destino un hotelazo en la zona de Via Veneto.
Cuando por fin bajaron la parejita le comente al conductor. ¡Vaya! buen hotel. Sonrisa. "El mejor de Roma". Y a partir de ese momento ya se soltaron las lenguas.
De bueno tuvo que nos dio una fantástica vuelta por el centro de Roma.
Así que solo pisar Roma, ya dimos con la tonta.
Feliz sábado, sabadete... se me comporten.
Saturnino
PD: será casualidad, pero sí, era rubia.
1 comentario:
Qué gracioso Saturnino! De vez en cuando se encuentra uno en el mundo con gente así. Pero bueno, la vida abraza todos los colores.
Espero que disfruten el viaje. Saludos a la familia. Feliz Año Nuevo 2013!
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