El 22 de Abril de cada año se celebra el Día
Internacional de la Tierra. Todo se inició en
1970, cuando el Senador Gaylord Nelson comenzó a movilizar a los miembros
de las universidades, las escuelas y la comunidad en general, con el fin de
dirigir la atención hacia los problemas ambientales que se estaban manifestando
en ese momento. Algunos de esos problemas eran la superpoblación, la
contaminación de los diversos compartimientos ambientales y la pérdida de
biodiversidad por causas de sobreexplotación. En aquel momento tuvo un impacto positivo sin
precedentes, siendo el nacimiento de la Environmental
Protection Agency su principal logro. Hoy en día, los desequilibrios
naturales se han profundizado pues no ha sido imposible generar un cambio de
conciencia global a lo largo de estos últimos veinte años, los cuales se
cuentan a partir de la realización de la “Cumbre de la Tierra” en 1992, y que representa
el punto de inflexión en la historia de la lucha ambiental, porque es allí donde
se hace la reflexión de que es necesario que los países establezcan mecanismos de
acción y acuerdos internacionales en función de delinear lo que será “Nuestro
Futuro Común”. Además, se vislumbra la necesidad de un cambio de paradigma en
los lineamientos del desarrollo económico en vista de que, organismos como el
Banco Mundial, constatan que los desequilibrios ambientales generan
desequilibrios económicos, ya que los precios de los bienes producidos no reflejan,
en muchos casos, los “males” que la producción de los mismos genera en el
ambiente. A estas distorsiones se les denomina externalidades, y sus costos son
asumidos por todos los seres que poblamos la Tierra, ya que el deterioro que
causa en la salud disminuye la productividad de los trabajadores, tanto, como
el deterioro de la calidad de los
recursos naturales. Está comprobado que existe una extensa cantidad de
contaminantes en el ambiente derivados fundamentalmente de las actividades
humanas, que exponen a hombres, mujeres y niños, a riesgos sin precedentes en
la salud, pues muchos de esos compuestos se encuentran en el ambiente en
cantidades que exceden el límite de tolerancia humana; mientras que otros, al
ser de naturaleza xenobiótica, no pueden ser procesados por nuestro organismo,
por lo que algunos quedan almacenados en nuestros cuerpos de por vida. El
incremento del porcentaje de la población mundial que padece cáncer y
enfermedades respiratorias, es sólo una muestra de ello. De allí se deriva la
propuesta de un modelo de desarrollo alternativo: El Desarrollo Sustentable.
Este
año 2013, los tres problemas ambientales de mayor relevancia son, de acuerdo
con la ONU: El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la
deforestación, o pérdida de área boscosa. De todos ellos, el que más ha llamado
la atención de la comunidad internacional, son los múltiples impactos del
Cambio Climático, ya que el desequilibrio evidenciado en los períodos de
lluvia-sequía a nivel internacional, por efecto del incremento en la
temperatura media global, altera el
equilibrio establecido en el resto de los compartimientos ambientales, y pone
en peligro los programas de seguridad alimentaria, entre otras cosas.
Las
guerras contribuyen a agravar el problema de destrucción de los recursos en
forma directa (con el uso de bombas y armas químicas), y de forma indirecta,
porque luego de las guerras viene un período de reconstrucción de las economías
devastadas que requiere de la explotación acelerada de los recursos naturales.
Es por ello que los movimientos ecológicos apoyan la profundización de los
sistemas democráticos y el fortalecimiento de la paz en el mundo.
Venezuela
es un país privilegiado ya que se encuentra entre los más megadiversos del
planeta. Sin embargo, está riqueza natural se ve cada día más comprometida en
vista de la falta de coordinación de acciones entre las instituciones públicas
y privadas, para que sus actuaciones sean coherentes con un objetivo común y de
esa manera incrementar la efectividad de los proyectos. A este respecto, es
importante el mantenimiento de un flujo de información constante entre el
Estado y aquellas instituciones que realizan actividades de investigación
científica y desarrollo tecnológico, por aquello de que la sostenibilidad de
los sistemas está en función de lograr que los procesos productivos tengan cada
vez menos requerimiento, tanto de materia prima, como de energía. En cuanto al
aspecto jurídico, Venezuela cuenta con un cuerpo de leyes ambientales muy
completo y avanzado, pero que, en mi opinión, debe revisarse la “Ley Penal del
Ambiente”, así como también los sistemas de vigilancia establecidos para lograr
el acatamiento de dichas leyes, en vista de la debilidad que se ha evidenciado
a este respecto. Cada región de Venezuela presenta problemas ambientales
particulares, los más resaltantes son: La acumulación y procesamiento de los
desechos sólidos, la contaminación de
los cuerpos de agua por causa de derrames petroleros y utilización excesiva de
mercurio en labores mineras, y pérdida de biodiversidad (es grave la desaparición
de especies endémicas), por causa de la destrucción y segmentación de los
hábitats naturales.
Los
venezolanos debemos buscar fuentes de información que nos permitan comenzar a
adaptarnos a los nuevos modelos de consumo y producción que exige hoy nuestro
planeta; es la única manera de hacernos conscientes y verdaderamente
responsables del deterioro de la riqueza natural de nuestro territorio y de los
problemas ambientales que compartimos con el mundo. En estos momentos de
conflictividad política, defendamos la paz y unamos nuestros esfuerzos
individuales para lograr un impacto global que nos garantice la vida. Ese es el
mejor regalo que podemos darle a la Tierra en su día.
Deyanira Díaz
1 comentario:
No lo había leído hasta hoy. Muy buena y trabajada entrada.
Yo por mi parte sigo siendo bien pesimista sobre nuestro futuro en la Tierra, pero eso importa poco.
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