sábado, 10 de julio de 2010

CASTELLANO

Siempre he sido un inutil manifiesto para el castellano. Tampoco es que me desasosiegue lo más mínimo, lo tengo perfectamente asumido y sólo me cabe esperar a que todo el mundo aprenda castellano.
Desde estas miras tan cortas siempre me ha parecido el español un idioma facilísimo (casi casi se escribe como se lee) e imposible el inglés, el alemán, el ruso y no hablemos del chino.

Hace unos días me llegó por email un texto (supuestamente de Pérez Reverte) que deja el chino como juego de niños comparado con lo imposible del castellano.

El texto se centra en las acepciones de la palabra "cojones".



Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número y acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada referencia a los atributos masculinos, "cojones".

Si va acompañada de un numeral, tiene significados distintos según el número utilizado.
Así, "uno" significa "caro o costoso" (valía un cojón),
"dos" significa "valentía" (tiene dos cojones),
"tres" significa "desprecio" (me importa tres cojones),
un número muy grande más "par" significa dificultad" (lograrlo me costó mil pares de cojones).



El verbo cambia el significado.
"Tener" indica "valentía" (aquella persona tiene cojones),
aunque con signos exclamativos puede significar "sorpresa" (¡tiene cojones!);
"poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa).

 También se los utiliza para apostar (me corto los cojones),
o para amenazar (te corto los cojones).

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase.
Así, el presente indica "molestia o hastio" (me toca los cojones),
el reflexivo significa "vagancia" (se tocaba los cojones),
pero el imperativo significa "sorpresa" (tócate los cojones!).



Los prefijos y sufijos modulan su significado:
"a-" expresa "miedo" (acojonado),
"des-"significa cansancio" (descojonado),
"-udo" indica "perfección" (cojonudo),
y "-azo" se refiere a la "indolencia o abulia" (cojonazo).

Las preposiciones matizan la expresión.
"De" significa "éxito" (me salió de cojones),
o "cantidad" (hacía un frío de cojones),
"por" expresa "voluntariedad" (lo haré por cojones),
"hasta" expresa "límite de aguante" (estoy hasta los cojones),
"con" indica "valor" (era un hombre con cojones)
y "sin", "cobardía" (era un hombre sin cojones).

Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño.
El color V, violeta expresa "frio" (se me quedaron los cojones morados),
la forma, "cansancio" (tenía los cojones cuadrados),
pero el desgaste implica "experiencia" (tenía los cojones pelados de tanto repetirlo).

Es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados);
sin embargo hay un tamaño máximo (tiene los cojones como los del caballo de Espartero) que no puede superarse,
porque entonces indica "torpeza o vagancia" (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos, e incluso necesita una carretilla para llevarlos).

La interjección "¡cojones!" significa "sorpresa",
y cuando uno se halla perplejo los solicita (manda cojones!).
En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).
En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de acepciones.
Salut collons!!!


Ser profe de español para extranjeros: misión imposible.

Feliz sábado, sabadete... se me comporten
Saturnino

2 comentarios:

Julio dijo...

Hombre Satur, que buena ha estado esta entrada! Especialmente por su conclusión, ya que he presenciado las dificultades que tienen los que aprenden español. En mi país usamos de muchas maneras la palabra equivalente (bolas). Saludos!

Anónimo dijo...

Expresión catalana para referirse a algo que satisface tus sentidos: Está de collo de mico!