A mi padre no le gustaba el cocido. No es que no le gustara, más bien es que le salían los garbazos por las orejas. Según contaba el menú durante toda su infancia y juventud fue algo previsible: el lunes cocido, el martes cocido, el miércoles cocido, el jueves cocido, el viernes cocido, el sábado cocido y el domingo arroz con pollo.
El garbanzo fue uno de las primeras plantas que conocí. Cuando era pequeño no era raro que con los amigos caminara un poco hasta las afueras de la ciudad, donde las tierras estaban cultivadas de trigo, de cebado, de garbanzos y de lentejas.
Las cosas parecen haber cambiado algo desde esos años.
Para los que son de mi zona, cómo decirlo: si uno se imagina el plato más típico, más popular, más de consumo diario, uno piensa en el cocido castellano (garbanzos y todo lo que se te ocurra echarle de carne y verdura).
Davillier, uno de esos viajeros románticos que visitaron España en el siglo XIX escribía: "Si pasáis a España, contad con que os servirán puchero trescientas sesenta y cinco veces, y si el año es bisiesto una vez más. "
Estos días he leído un informe promovido por Los Amigos de la Tierra y
realizado por las universidades de Vigo y Sevilla: "Alimentos
kilométricos". Y de paso me he tenido que estudiar algunos datos sobre
los garbancitos y los españolitos.
Mi sorpresa ha sido al menos llamativa. Resulta que el garbanzo que echamos en el cocido ya no viene de las afueras de mi casa, donde de pequeño los veía en las tierras de cultivo, sino que para llegar a mi olla ha viajado de media 7330 km de distancia. ¡Joer, pobre garbancito, menuda fatiga!
En el 2007 España ha consumido 71.888 toneladas de garbanzos (nada que ver con lo que se consumía antaño), de las que 62.722 toneladas (87%) son importadas. ¿De Portugal? ¿de Francia? ¿de Marruecos?. Más bien de México (64% de las importaciones) y de EE.UU. (el 13% de las importaciones).
Y lo peor de todo es que no es una excepción.
En el 2007 se importaron 29.000.000 toneladas de alimentos. De media viajaron 5013 km. (la verdad es que viajaron mucho más, ya que no se tiene en cuenta los viajes dentro de cada país, ni las dobles importaciones).
Y parece que crece, ya que supone el 53% más de alimentos importados y además cada vez se hace desde más lejos.
Pensemos. Esto tan raro tiene que tener una explicación lógica:
1.- Hemos pasado un problema grave tipo guerra que haya provocado esta necesidad: NO
2.- Hemos aumentado la población en una cantidad similar: NO
3.- No tenemos medios de producción alimenticia sufiente: Parece que NO, los campos se están vaciando y abandonando.
4.- Hemos mejorado la alimentación: NO, cada vez comemos mucho peor y hemos dejado la tan afamada dieta Mediterránea.
¿Entonces? ¿La explicación? se me escapa en parte, pero la otra parte, la que sí sé es simplemente absurda: así se mejora el mercado y se multiplica la riqueza mundial y bla, bla, bla y todo ello deformando los precios que no representan en lo más mínimo el valor de cada cosa. ¿Cómo puede tener más precio un kg de garbanzos traídos desde 7000 km, incluso en avión, que un kg de garbanzos del vecino?: pues así es. El valor y el precio parece que ni coinciden ni se parece.
A estas alturas en las que todo es prácticamente inexplicable, creo que una de las pocas cosas revolucionarias que podemos hacer es simplificar hasta los razonamientos y hacer las cosas que tienen sentido común.
La revolución es contactar con los agricultores y ganaderos vecinos y comprar todo lo posible directamente. Y punto.
De lo contrario, en el camino este movimiento de productos arriba y abajo del planeta no hacen más que producir CO2 (las importaciones de alimentos en España suponen un 4,7 Millones de toneladas).
Ya no nos queda ni el cuento:
- ¡GARBANCITO! ¿dónde estás?
- ¡En la bodega del transatlántico!
Felíz sábado, sabadete... se me comporten
Saturnino.
Ahhhh el informe completo, por si lo queréis leer: http://issuu.com/amigos_de_la_tierra_esp/docs/informe_alimentoskm
2 comentarios:
Pues nada a seguir comprandole los garbanzos al Luis de Aranzueque(un pueblo de Guadalajara) que estan divinos y sigo cobrandolos a 1 euro el kilo y los cinco que le compro yo para todo el año me los pesa con la romana y a peso corrido.
Por ser amigo del monte, algunos años han pesado 6, asi que doble ganancia.
Y ya puestos si el Luis deja de sembrar, habra que poner en la terraza plantas y punto o en el pueblo, el que tenga un terrenillo.
Besos y abrazos.
José, se toman en cuenta los costos de transporte y de intermediación. Por eso hay que darle prioridad a los productos locales, son más baratos, más frescos, y siempre es bueno consumir los alimentos de la temporada. Consumiendo productos de tu país estimulas la producción interna y eso hace que se incremente el PIB. Un abrazo.
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