Hola amigos de este desorbitado blog, hoy les traigo unas
reflexiones sobre Rio + 20.
Han pasado 20 años desde que se realizó la primera Cumbre de la Tierra en Rio de
Janeiro. Allí, la principal preocupación era delinear un concepto de desarrollo
que nos permitiera guiar nuestros objetivos en vista de los problemas
crecientes de pobreza y degradación ambiental a los que se enfrentaban los
países del mundo. De esta manera surgió el concepto de “Desarrollo Sustentable”,
el cual fue definido en el informe Brutland o Nuestro Futuro Común de la
siguiente manera: “El Desarrollo Sustentable es el desarrollo que satisface las
necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras
generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades”.
Desde entonces se han hecho avances, como no,
innegables por demás considerando lo difícil que resulta establecer un cambio de
paradigma a nivel global. Sí, porque tenemos cientos de años con el “Desarrollo
Económico” en la cabeza y esa idea la aplicamos a nuestros negocios, a nuestra vida
personal. El desarrollo económico tradicional consiste en que mejoras tu
bienestar a medida que crece tu ingreso, y por ende el de la nación. Y eso está
bien, parece lógico, ¿no? Pero resulta que se descubrió que en el proceso de
producción de bienes y servicios se generan contaminantes del aire, del agua y
del suelo, que deterioran el entorno donde se encuentran las empresas y las
mismas no pagan por este deterioro, no lo “internalizan”. También se
derivan contaminantes de los bienes que se van consumiendo, los que se convierten en basura. Este deterioro
ambiental tiene incidencia sobre la salud humana y sobre la productividad en el mediano y el largo plazo. Cuando estas consecuencias se hacen muy grandes, entonces
comenzamos a pensar que a pesar de que está creciendo nuestro ingreso,
nuestra calidad de vida, no. Te enfermas más, el paisaje no es el mismo, no
puedes disfrutar de lagos y ríos como antes porque huelen mal, porque tienen
mal aspecto, o porque simplemente han desaparecido producto de la
sedimentación, y las sequías cada vez más extensas producto del Calentamiento Global; los animales se extinguen
porque pierden su refugio, su fuente de alimento y se envenenan con el aire, el
agua o engullendo animales intoxicados (como el caso que expone Raquel
Carson de los pájaros que morían por comer gusanos que habían sido rociados con
plaguicidas). Tal vez estamos obteniendo más cosas materiales, pero a costa del
deterioro natural, y eso es pan para hoy y hambre para mañana.
Para finalizar esta entradita, debo decir que en vista de que las negociaciones y acuerdos se han tornado un poco escabrosas, al parecer le han dejado la responsabilidad del cambio a la sociedad civil. Pero la sociedad civil también ha cambiado en estos 20 años (producto de la educación ambiental) y es posible que esté preparada para asumir el reto. Nuevas formas de organizarse (movimientos totalmente horizontales), están proliferando y tomando fuerza con el apoyo de las redes sociales. Twitter y Facebook se han convertido en las herramientas fundamentales del cambio efectivo, que es bienvenido siempre y cuando estén inscrito dentro del marco democrático. Tú también puedes apoyar el cambio desde tu entorno particular. Siembra un árbol, recicla, ahorra energía, consume lo necesario. Hagámoslo juntos.
Les dejo un abrazo enorme.
Martina.
1 comentario:
No soy nada optimista.
Ya me pareció que Río llegaba tardísimo: ¡a buenas horas nos caemos del guindo! me parecía entonces.
Y desde entonces no veo yo que ambientalmente esto vaya a mejor... NI MUCHOOOOOOOOOO menos
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